El enclave, de aproximadamente 4 ha, comprende dos zonas diferenciadas,  una muy amplia a media ladera desde la cumbre de Mendaur (Zona A) y otra mucho más reducida en el collado de Bustiz (Zona B).

La Zona A reúne una serie de surgencias junto con sus canales de flujo y están rodeados por pastos y bloques rocosos. La Zona B por el contrario consta de una plataforma con puntos manantíos, que desagua a través de un arroyo hacia el barranco.

Además, se encuentran esfagnos en los roquedos casi verticales de la cresta de la cumbre de Mendaur que están cubiertos por un brezal dominado por arándano.

Tanto en las surgencias y en el entorno de los pequeños arroyos de la ladera, como en el collado de Bustiz, se encuentran juncales de Juncus effusus y Scutellaria minor, comunidades de Sphagnum auriculatum y Narthecium ossifragum y comunidades de Sphangum papillosum y Erica tetralix. Además, en las surgencias se encuentran Soldanella villosa y Ranunculus omiophyllus.

En los roquedos húmedos de la zona cumbreña no se forman medios turbosos, pero presentan en las zonas más húmedas y mejor conservadas poblaciones de esfagnos. Además de los esfagnos, destaca la riqueza de especies de briófitos, algunos de especial interés.

VALORES MÁS RELEVANTES

Singularidad
El enclave de Mendaur destaca por albergar comunidades vegetales propias de enclaves turbosos, también brezales con Erica tetralix y, por último, comunidades de briófitos de interés asociados a los roquedos húmedos de la zona cumbreña.

Valores biológicos y ecológicos
Respecto a la flora vascular, lo más destacable es la presencia de Soldanella villosa, especie incluida en los Anexos II y IV de la Directiva Hábitats y también en el Catálogo de Flora Amenazada de Navarra.

También son destacables los roquedos húmedos cercanos a la cumbre, en particular los más septentrionales, que se encuentran más alejados de la influencia humana. Son florísticamente muy ricos, en particular en lo que se refiere a briófitos de carácter atlántico (Kurzia trichoclados, Odontoschisma sphagni, Sphagnum quinquefarium, Bazzania tricrenata, Bazzania trilobata, Racomitrium lanuginosum, Douinia ovata, etc.). Este tipo de roquedo es escaso tanto en Navarra como en el resto de la cornisa cantábrica; enclaves similares en Navarra se encuentran por ejemplo en Pikuda, en la divisoria de aguas.

Valores históricos y paleoecológicos
Los hábitats higroturbosos de Mendaur no cuentan con depósitos relevantes desde el punto de vista paleoecológico.

Hábitats de Interés Comunitario

Hábitat
4030	Brezales secos europeos
6230*	Formaciones herbosas con Nardus, con numerosas especies, sobre sustratos silíceos de zonas montañosas (y de zonas submontañosas de la Europa continental)
6410	Prados con molinias sobre sustratos calcáreos, turbosos o arcillo-limónicos (Molinion caeruleae)
7140	«Mires» de transición

 

Flora
En este enclave de Mendaur lo más resaltable en cuanto a flora es la presencia de Soldanella villosa, incluida en los Anexos II y IV de la Directiva Hábitats y también en el Catálogo de Flora Amenazada de Navarra, y Huperzia selago, del Anexo V de la Directiva Hábitats y relativamente escasa en Navarra.

Otras especies destacables que se han citado en el enclave son Arnica montana (García et al. 1985: 39) o Trichophorum caespitosum subsp. germanicum (Catalán & Aizpuru 1986: 166), entre otras.

Desde el punto florístico destaca también la presencia de briófitos de carácter atlántico como Kurzia trichoclados, Odontoschisma sphagni, Sphagnum quinquefarium, Bazzania tricrenata, Bazzania trilobata, Racomitrium lanuginosum, Douinia ovata, etc.

Se han registrado 59 especies de vasculares y 38 briófitos, de los que cuatro son esfagnos.

Fauna
No se cuenta con información específica sobre fauna asociada al enclave de Mendaur.

ESTADO ACTUAL

El enclave presenta en general un estado de conservación bueno. Únicamente algunas zonas presentan impactos por presión ganadera (pastoreo, remoción y erosión del suelo), principalmente por ganado caballar y ovino.

DIRECTRICES PARA LA GESTIÓN Y LA CONSERVACIÓN

Para lograr los objetivos de conservación del enclave será necesario el establecimiento de un programa de vigilancia y prevención que permita detectar o prevenir cambios negativos en el enclave. Este programa incluiría el seguimiento del uso ganadero, tanto de la carga ganadera evitando su aumento y el impacto que esto conllevaría por pisoteo y pastoreo fundamentalmente, como de las actuaciones que conlleva: quemas y desbroces.

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