Belate

Nombre del enclave: Belate
Categorías de protección: Se incluye en el LIC ES2200018 Belate. Queda recogido como Suelo No Urbanizable de Protección por su Valor Ambiental, Humedales, en los Planes de Ordenación del Territorio 2, “Navarra Atlántica” y 3 “Área central”.
Emplazamiento: Baztan y Ultzama.
Región: Navarra
Coordenada de referencia: 30TXN1166, 30TXN1167, 30TXN1266, 30TXN1267.
Superficie del humedal: 40´31 hectáreas.
Altitud: 835 m de media.

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Belate

 
Este enclave es un área compleja de más de 40 ha, ubicada en un valle cerrado (“El Cerrado”) y rodeado por cumbres entre 900 y 1.400 m, en la divisoria de aguas cantábrico-mediterránea. Es un mosaico de medios turbosos, áreas de suelos secos y un depósito turboso ubicados en una cuenca cerrada drenada por un arroyo que desaparece en un sumidero kárstico

El aporte de agua al enclave es difuso desde las laderas y desde algunos manantíos, mientras que el drenaje natural se hace esencialmente a través de sumideros en las partes norte y suroeste. El valle cerrado consta de dos subcuencas hidrológicamente independientes. En cada una de ellas el agua llega desde varios manaderos o áreas difusas de afloramiento y desaparece a través de sumideros:

  • la subcuenca principal es la articulada por el arroyo que surge como un regato difuso desde la ladera que cierra al Sur el valle cerrado, precisamente donde se encuentra la turbera, y posteriormente desciende bien definido hacia el Norte. Poco antes de sumirse recibe el aporte de un arroyo lateral menos importante que desciende desde el Oeste. Llama la atención la profunda excavación que este arroyo ha ocasionado en el lecho del valle cerrado. Esta erosión ha provocado la aparición de pequeñas zonas cenagosas en los taludes que son de gran importancia porque actualmente albergan algunas de las principales comunidades de vegetación higroturbosa del área de Belate.
  • la subcuenca occidental está formada por al menos tres arroyuelos. Es interesante señalar que no tiene ninguna relación hidrológica con la subcuenca principal donde se halla el depósito de turba. En el extremo oeste de esta subcuenca varios regatos surgen del coluvión desarrollado en la mitad inferior de la ladera de ofitas. Dos de ellos son continuos y de caudal apreciable, desapareciendo en dos sumideros situados al Nor-Noroeste. Existen algunas depresiones donde aflora el agua y origina medios paraturbosos. Además, un tercer arroyuelo intermitente en el fondo de una ligera vaguada recoge la escorrentía difusa que desciende desde el centro de la subcuenca hasta un sumidero en la parte sur.

Según la bibliografía y los testimonios de personas conocedoras de la zona, el lugar ha sufrido una profunda transformación, en particular en los últimos 30 años.

En la actualidad el área se encuentra recubierta fundamentalmente por prados, con enclaves de medios paraturbosos y arroyuelos. La verdadera turbera de Belate se halla en la parte sur y corresponde a una mínima parte del área delimitada (0,255 ha). Hoy en día apenas tiene vestigios de vegetación higroturbosa, pero aún cuenta con un importante depósito de turba.

La construcción de la carretera ha provocado que las aguas que afloran al pie de las laderas del monte Matracola se drenen en la actualidad hacia el Sur, por la cuneta de la carretera, uniéndose a las de la cuneta del otro lado de la carretera. Originariamente, estas aguas alimentarían la subcuenca principal.

VALORES MÁS RELEVANTES

Singularidad
Belate alberga uno de los depósitos de turba más importantes de Navarra.

Valores biológicos y ecológicos
Destaca la presencia de especies de flora de especial relevancia como son Alopecurus geniculatus, Barbarea intermedia, Carex brizoides, Carex hostiana, Equisetum fluviatile, Arnica montana o Senecio doronicum.

Es además un enclave importante para la conservación de los Hábitats de Interés Comunitario 6410 y 7140.

Valores históricos y paleoecológicos
Existe un estudio palinológico de este depósito (Peñalba 1989), constituyendo por tanto una de las bases del no demasiado extenso conocimiento de la evolución de la vegetación del Norte de la Península Ibérica durante el Cuaternario. Es un archivo histórico de gran interés para el conocimiento del clima y la vegetación del pasado y del impacto de la presencia humana en la región.

Hábitats de Interés Comunitario

Hábitat
6230* Formaciones herbosas con Nardus, con numerosas especies, sobre sustratos silíceos de zonas montañosas (y de zonas submontañosas de la Europa continental)
6410 Prados con molinias sobre sustratos calcáreos, turbosos o arcillo-limónicos (Molinion caeruleae)
7140 «Mires» de transición

 

Flora
En los distintos ambientes muestreados en el enclave de Belate se han detectado un total de 204 taxones (167 vasculares y 37 briófitos), aunque algunos de ellos citados por Biurrun (1999) y Heras (1992) no han sido vistos posteriormente,  como por ejemplo Menyanthes trifoliata.

Belate alberga la mayor parte de las especie propias de turberas y medios turbosos de Navarra. Táxones turfófilos destacados son Eriophorum angustifolium y Carex hostiana; es interesante también mencionar la existencia en este enclave de especies raras propias de pastizales higrófilos (Carex brizoides, Senecio doronicum) y de suelos encharcados y nitrificados (Alopecurus geniculatus, Barbarea intermedia).

Fauna
Belate alberga especies como para que se considere un área de especial interés para la conservación de los odonatos en Navarra. Destacan sobre todo tres especies; Coenagrion mercuriale, Coenagrion scitulum y Sympetrum flaveolum. Coenagrion mercuriale se incluye en el Anexo II de la Directiva Hábitas, además de recogerse en la categoría de “vulnerable” en el Libro Rojo de los Invertebrados de España. Tanto Coenagrion scitulum como Sympetrum flaveolum están incluidos en el Libro Rojo de los Invertebrados de España con la categoria UICN de “Vulnerable”. Belate destaca además por albergar el coleóptero Rosalia alpina, incluido en el Anexo II de la Directiva Hábitats, en el arbolado de interés ecológico que rodea el enclave.

ESTADO ACTUAL

El enclave de Belate ha sufrido importantes alteraciones, de forma que la vegetación propia de turberas se ha perdido en buena parte del enclave.

En los últimos años, se han llevado a cabo en el enclave distintas iniciativas para la mejora de la conservación del mismo. En el año 2001 se efectuaron dos cerramientos en las áreas de Belate que mantenían poblaciones de esfagnos, al objeto de excluir el ganado. Estos cerramientos se acometieron dentro del marco del proyecto financiado por CEDERNA (Eduardo González). 1999-2001 “Proyecto de valorización y restauración de patrimonio natural, artístico e histórico”.

En 2008 y basándose en los trabajos anteriores se ejecutó el “Proyecto de restauración de la turbera de Belate” (Gestión Ambiental de Navarra, Gobierno de Navarra) financiado a través del convenio de colaboración entre Obra Social la Caixa y el Gobierno de Navarra. Con este proyecto se pretendía restaurar las condiciones necesarias para la regeneración a largo plazo de la vegetación turfógena del enclave y, consiguientemente, la protección del depósito de turba, a través de la realización de actuaciones para restaurar la dinámica hidrológica del humedal por un lado, y el establecimiento de unas directrices de gestión ganadera de la zona húmeda por otro. Estas medidas se complementaron con un programa de monitorización que permitía evaluar la idoneidad de las medidas llevadas a cabo y, en su caso, la necesidad de adecuación o modificación de éstas en el futuro.

También se aprovechó la acción de restauración con el fin de difundir los valores naturales de las turberas, en un marco como el LIC de Belate, que presenta quizás las más valiosas representaciones de estos hábitats del territorio navarro.

Pasados 5 años desde la finalización de los trabajos, se puede concluir que las acciones realizadas han supuesto un cambio importante en el estado de la turbera. De hecho, se ha observado el desarrollo de las comunidades vegetales asociadas a zonas turbosas.

DIRECTRICES PARA LA GESTIÓN Y LA CONSERVACIÓN

En el enclave queda pendiente la realización de nuevas actuaciones de restauración hidrológica en áreas donde previamente no se había actuado. También es importante la correción de caminos para vehículos que atraviesan zonas encharcadizas. Es necesario también continuar con la regulación de la gestión ganadera con el objetivo prioritario de conservar los hábitats de zonas húmedas. Sería conveniente además la realización de un proyecto piloto para la recuperación de la vegetación de zonas turbosas en aquellas zonas donde ésta se ha perdido y su regeneración natural resulta complicada. Por último, se hace necesario continuar con las acciones de valorización del enclave.

FOTOS

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